La supervisión de la higiene bucodental de los hijos no termina hasta que ellos muestren la habilidad de hacerlo bien y la intención de hacerlo correctamente siempre.
Y en esa supervisión, los padres pueden encontrarse con sorpresas indeseadas, como las manchas en los dientes.
Las manchas pueden ser provocadas por varios motivos, pero lo primero que se debe hacer es relajarse, pues si se detectan a tiempo, no pasará nada.
Luego, hay que entender que la mancha debe ser atendida sea en un diente de leche o no, ya que las primeras piezas también deben ser protegidas.
Entonces será la hora de verificar que la coloración es producto o no de un mal cepillado, ya que en ocasiones las sustancias viscosas o los alimentos granulados se pueden confundir con una mancha definitiva.
Incluso hay bebidas que pueden dejar manchas temporales en los dientes de los niños.
Si la mancha no desaparece con un cepillado dedicado será el turno del odontopediatra. El profesional realizará una exhaustiva revisión hasta ofrecer un diagnóstico y proponer tratamientos.
La peor noticia será que la mancha es producto de caries, la más popular de las enfermedades bucales en niños y que destruye el esmalte.
Por ello la importancia de estar un paso adelante. De ser caries, el diagnóstico temprano evitaría que se propague y ponga en riesgo el diente.