Dientes oscurecidos
El color de nuestros dientes viene dado por la dentina. Esta nunca es blanca, sino que se acerca más al color marfil. Se considera el segundo tejido más duro del cuerpo y constituye el mayor volumen del diente. Por así decirlo, es el esqueleto de los dientes. Está formada por elementos inorgánicos y orgánicos por lo que tiende a envejecer y oscurecerse. Si, además del proceso biológico normal, le sumamos costumbres como fumar, cuando vayas cumpliendo años te darás cuenta que te tus dientes son más amarillos de lo habitual.
Boca seca
Esta patología, también conocida como xerostomía, suele estar asociada a la toma prolongada de medicamentos lo que acaba reduciendo el flujo de saliva. Además, trae aparejado un riesgo mayor de sufrir caries ya que la saliva tiene una función protectora y limpiadora para nuestros dientes. Los síntomas más habituales son boca seca y pegajosa, sequedad labial, sensación de ardor en la boca y lengua áspera.
Pérdida de dientes
Afortunadamente cada vez lo vemos menos, pero hasta hace unos años era muy habitual ver a personas mayores con falta de arcadas completas o incluso sin ningún diente. En Odontología se habla de edulentos parciales o totales. Aún así, cuesta hacer entender que conservar toda la dentadura es sinónimo de calidad de vida e, incluso, de mayor esperanza de vida. Al menos eso es lo que se desprende de una investigación llevaba a cabo por un equipo de investigación del Hospital Universitario de Uppsala (Finlandia) y publicado en la revista European Journal of Preventive Cardiology. Según los resultados del estudio, cada pieza dental perdida aumenta el riesgo de sufrir un infarto o un ictus, así como de fallecer, no ya solo por una enfermedad cardiovascular, sino por cualquier causa.
Caries radicular
Otro de los procesos naturales que se desencadenan en nuestra boca es la progresiva pérdida o encogimiento de la encía. Esto hace que con los años partes de la raíz del diente queden más expuestas por lo que el riesgo de tener caries radicular aumente. La mejor solución pasa por no abandonar nuestros hábitos de limpieza cuando nos hacemos mayores y seguir visitando una vez al año al dentista. Lo decimos porque hay personas mayores que pierden movilidad o que viven solas y acaban descuidando su dentadura.
Sensibilidad dental
La sensibilidad dental es otra de las patologías que pueden aparecer o agravarse con la edad ya que, como te explicábamos en el punto anterior, las encías tienden a retraerse y quedan al descubierto parte de la raíz y de las múltiples terminaciones nerviosas que tenemos en los dientes. Eso hace que tengamos esa desagradable molestia con alimentos fríos, calientes, dulces y ácidos. Una pasta dental específica y algunos tratamientos pueden aliviar los síntomas.
Enfermedad periodontal
Suele ser consecuencia directa de la falta de cuidados dentales, pero también de enfermedades o complicaciones que se cronifican con la edad. Por ejemplo, las personas mayores con diabetes o un problema cardiovascular tienen más tendencia a sufrir periodontitis. Si a eso le añadimos, por ejemplo, falta de movilidad o ancianos que viven solos, es muy probable que las patologías en la boca se multipliquen.
Pérdida del sentido del gusto
Está demostrado que con la edad perdemos agudeza en todos nuestros sentidos. El del gusto no es una excepción. No solo ocurre que el número de papilas gustativas disminuye con la edad, sino que cada papila gustativa que queda también comienza a encogerse. La sensibilidad a los sabores dulce, amargo, ácido, salado y umami comienza a verse mermada a partir de los 60 años. Además, el hecho de que la boca también produzca menos saliva puede afectar el sentido del gusto.
Dificultad para masticar
La falta de piezas dentales hace que la dentadura no funcione como lo que es, un engranaje perfecto para morder, deshacer y masticar la comida. Quizás cuando somos jóvenes no lo notamos, pero en la vejez deberemos hacer frente a que, al masticar ciertos alimentos, nos vamos a hacer daño en la encía que habrá perdido buena parte de su fuerza. Además, puede que comencemos a notar que los dientes sanos comienzan a moverse ya que no están sustentados por sus antagonistas ni por sus adyacentes.
Candidiasis oral
No tiene por qué presentar molestias y, por eso, muchas veces, la persona no es consciente de que tiene una candidiasis bucal. La solemos reconocer porque presenta la apariencia de puntos blanquecinos en lengua y boca, pero al raspar, hay tejido enrojecido que puede llegar a sangrar. En las personas mayores suele estar provocada por el uso de prótesis dental unida a una higiene deficiente o problemas más específicos como diabetes, síndrome de boca seca o toma prolongada de ciertos medicamentos.
Cambios en la mandíbula
También es otra de las cosas que cada vez vemos menos, pero si te fijas, las personas mayores que llevan con dentadura postiza muchos años o que directamente no se la han puesto nunca dan la impresión de tener toda la parte baja de la cara -especialmente la barbilla- adelantada. En general, con la edad perdemos masa ósea. En el caso de la boca, la consecuencia es que perdemos mandíbula. Por otra parte, el retraimiento de las encías hace que los labios pueden arrugarse y dar la impresión de que están replegados hacia la boca.